DE LAS CARTAS DE PADRE PÍO: VIVIR EL AQUÍ Y AHORA 

 Escrito por: Fray Guillermo Trauba OFMCap. 

· Sermón,Artículos

Estimados Amigos de Padre Pío,

¡Paz y bien!

Aunque parezca extraño, a veces no sabemos ni dónde estamos,ni cómo estamos, ni a dónde vamos. Confundimos nuestra realidad con nuestros pensamientos coloreados con miedos, prejuicios, y deseos personales. Queremos que las cosas sean así y nos programamos a vivir en una realidad falsamente construida a base de nuestros deseos o de nuestros miedos. Alejarnos de nuestra realidad causa ansiedad y aumenta el peligro de accidentes y baja nuestras defensas inmunológicas. No es recomendable vivir en dos mundos a la vez. Uno se tropieza en varios niveles y es frecuentemente incongruente en sus acciones.

Padre Pío llama a mantener la atención a las hermanas Ventrella , a estar ubicadas en el presente, y en su vida moral no confundir las posibilidades con lo que es real. Sus consejos ayudan a evitar ansiedades y nos pueden aclarar donde enfocar nuestros esfuerzos. Sus comentarios se encuentran en su carta a ellas fechada el 7 de diciembre de 1916:

El conocimiento de la indignidad potencial, que consiste ensaber qué seríamos o qué podríamos hacer sin la asistencia de la gracia, y del que hemos hablado hasta ahora, no debe confundirse con la indignidad actual. La primera hace a la criatura aceptable y grata a los ojos del Altísimo; la segunda la hace detestable, porque es el reflejo de la iniquidad presente en el alma, en la conciencia. Ustedes, en las tinieblas en que se encuentran la mayor parte de las veces, confunden una con otra; y, del conocimiento de lo que podrán ser, temen que ya son aquello que es sólo posible en ustedes.

El ignorar si ante Dios son dignas de amor o de odio, es un sufrimiento y no un castigo, porque nadie teme ser indigno cuando verdaderamente lo quiere ser o lo es. Tal incertidumbre es permitida por Dios para todos los seres humanos, para que no se engrían y para que caminen con cautela en la consecución de la salvación eterna.

Las palabras de Padre Pío nos ayudan a ubicarnos ante Dios. Esta ubicación es necesaria para escuchar las palabras de Dios y aplicarlas a nuestra situación actual. Ante la infinita majestad y bondad de Dios todos somos indignos pero el asunto no es justificarnos ante él sino saber cómo abrirnos a su misericordia. Imaginar cometer un pecado o con la posibilidad de cometer tal o cual pecado no es igual a pecar porque no hemos consentido a ningún acto desordenado. De hecho, debemos concebirnos capaces de cometer cualquier pecado porque así sería la verdad si Dios no nos ayudara.

Nuestras preocupaciones, miedos, y deseos nos distraen de Dios y distorsionan nuestra relación con él. Así vivimos en mundos irreales y cargamos con problemas que no son nuestros. Al perder la mirada de Jesús nos miramos a nosotros mismos y tendemos a volver a nuestra comodidad egocéntrica.
La distracción del rostro de Jesús es la antesala del pecado. Al estar distraído, uno tiende a dejarse llevar por sus miedos, prejuicios, y apegos y consentir acciones tal vez buenas, pero sin referencia a Dios. Elegir estos medios sin tomar en cuenta a Dios nos separa de él. Esta separación consciente de Dios se llama “pecado” y el acto que resulta así entonces es un acto “desordenado” que no nos conduce a Dios.

Los consejos de Padre Pío nos advierten de la importancia de vivir en el aquí y el ahora, y aunque indignos, asumir la responsabilidad debida. La incertidumbre de nuestra dignidad ante Dios es, en realidad, una incertidumbre de nuestra apertura a recibir su misericordia que es siempre presente y ofrecida. Pero, en fe y sinceridad de corazón atrevemos a pedírsela
con insistencia y Cristo no apartará de nosotros su mirada interior de compasión. Así amparados en su misericordia, podemos caminar las sendas de la vida juntos y progresivamente unirnos a él quien es nuestra plenitud, vida y felicidad.

Su siervo en Cristo Jesús,

Fray Guillermo Trauba, capuchino