DE LAS CARTAS DE PADRE PÍO: UN AÑO NUEVO CON ESPERANZA 

 

Escrito por: Fray Guillermo Trauba OFMCap. 

· Artículos

Estimados Amigos de Padre Pío,

¡Feliz Año Nuevo!

¿Qué tal de las resoluciones para encaminar este año nuevo? Tal vez la pandemia nos lleva a enfocar nuestras esperanzas en salir de esta sombra que nos ha oprimido por casi un año. Pero si queremos meramente volver a la normalidad que disfrutamos antes de la pandemia, esta prueba no nos habría enseñado nada. Entonces, este año pasado habría sido un año “perdido”. Pero si hemos aprendido algo a través del sufrimiento e inseguridad causado por este virus, podemos afirmar que este tiempo nos ha ayudado a dar un nuevo sentido a nuestra vida. Para algunas personas esta pandemia fue una luz que les invitó a pertenecer más completamente al Reino de Dios y poner su tesoro, tiempo, y talentos en la búsqueda de vida eterna que Jesús nos promete.

Para estas personas que alcanzaron a ver la presencia de Dios en todo esto de la pandemia y contratiempos asociados, y así escuchar su invitación a regresar a casa, Padre Pío ofrece cinco consejos para encaminar este regreso a la casa del Padre. Sus consejos se encuentran en su carta a su hija espiritual, Antonieta Vona, escrita el 15 de noviembre de 1917:

Para vivir continuamente en una vida devota, no te hace falta más que aceptar en tu espíritu algunas máximas excelentes y generosas.

La primera que yo deseo que tengas, es ésta de San Pablo: “Todo redunda en bien de los que aman a Dios”. … y, por cierto, ya que Dios puede y sabe sacar el bien incluso del mal… incluso los mismos pecados, de los que Dios, por su bondad, nos tiene alejados, son ordenados por su divina providencia al bien de los que le sirven. Si el santo rey David no hubiera pecado, nunca habría adquirido una humildad tan profunda; ni la Magdalena habría amado tan ardientemente a Jesús, si él no le hubiera perdonado tantos pecados y Jesús no habría podido perdonárselos, si ella no los hubiera cometido.

La segunda máxima que deseo que lleves siempre gravada en tu espíritu, es que Dios es nuestro padre; ¿y qué tienes que temer cuando se es hija de tal padre, sin cuya providencia no caerá nunca en cabello de tu cabeza? …

La tercera máxima es que debes observar lo que el divino Maestro enseñó a sus discípulos: “¿Qué les ha faltado?”. Si Dios no te ha abandonado en el pasado, ¿cómo podrá abandonarte en el futuro, cuando ahora, más que en el pasado, quieres ser suya de aquí en adelante? No temas que te pueda ocurrir algo malo de este mundo porque quizás no te sucederá nunca. Pero, en todo caso, si te sobreviniera, Dios te daría la fuerza para sobrellevarlo. …

La cuarta máxima es aquella de la eternidad. Poco debe importar a los hijos de Dios vivir estos brevísimos momentos que pasan, con tal de que vivan en la gloria eternamente con Dios. …

La quinta máxima que yo te suplico que tengas siempre fija en la mente, es aquella de apóstol S. Pablo: “Mira que yo no me glorío en otra cosa sino en la cruz de mi Jesús”. Ten en tu corazón, hijita, a Jesucristo crucificado, y todas las cruces del mundo te parecerán rosas.

Si uno está interesado más en el crecimiento espiritual en este año que en la ganancia material, no será decepcionado si sigue estos consejos. Las cosas en nuestro medio ambiente se vuelven cada día más preocupantes. La violencia, la pobreza, inseguridad y la contaminación cierran oportunidades y esperanzas de crecer como antes y resulta que uno no sabía a dónde ir. Ir al Reino de Dios parece una opción más atrayente que antes. Pero esto requiere un cambio de mentalidad, una transformación al fondo en nuestro interior. Solamente así, los consejos de Padre Pío tendrán sentido suficiente para guiarnos entre las diversas circunstancias que nos enfrentarán durante este año nuevo. Sin embargo, si Cristo y nuestra vida en Él es nuestra meta fundante, estos cinco consejos de Padre Pío nos servirán como referencias en nuestras decisiones y acciones. Con cada afirmación hecha por amor en favor del Reino de Dios, la vida de Dios crece en nosotros y consiguientemente nuestra felicidad. El detonante que puede arrancar esta transformación es experimentar ¡cuánto me ama Cristo!

¡Disfruta este año nuevo como ninguno otro! ¡Qué sea un nuevo comienzo a tu futuro de ser una persona plena y feliz!

Su servidor in Cristo Jesús,

Fray Guillermo Trauba, capuchino